jueves, 12 de marzo de 2009

Si les gustéo el microcuento cuelgo ahora el cuento corto que le dió origen:

El Niño y la rosa

Después del estampido, el niño bajó la mirada. Vio sus manos sucias, como de costumbre. Las uñas negras y las líneas de la vida y del amor dibujadas a tinta china.
No sintió dolor, vio la plaza verde, verde de primavera y se llenó los ojos de colores y la nariz todavía llena de mocos, de olores.
Pensó en que su vida no era ni corta ni larga. Ni siquiera sabía si ésta era su vida.
No podía recordar otra cosa que la base, la salvadora pastabase. Robar, drogarse, volver a robar para volver a sacarse.
Vivía debajo de la escalera de la plaza, toda su riqueza era una vela y la foto de una madre. De una madre que no era la suya, era solo una madre, pero le gustaba la ternura que tenía cuando lo miraba.
La madre del cromo, como le dijo la gallega que se la regaló, era la única madre que había conocido.
Un día me voy a morir, dijo sin convicción ni conciencia y en mi lugar vendrá otro que ni mejor ni peor que yo seguirá en ésta.
Entonces vio la rosa, una rosa roja que recién brotaba, que recién nacida a la vida moría. Moría con él, la pequeña rosa roja que crecía en su camisa, le quitaba la vida.
Después del estampido, no sintió dolor, vio la rosa roja.
Solo tenía una vela y la foto con la madre de otro. Se murió, desangrado abrazándolas.

9 comentarios:

  1. el cuento es duro, el microcuento es como heavy metal de la dinastía t'ang.

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  2. ¡¡¡OPITÍ!!!...¿Será que te voy a encontrar acá, en la blogósfera, y que sos el Tordo que creo que sos?... ¡Qué buena sorpresa!... Muy bueno y removedor el cuento, fundamentalmente por su brevedad.

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  3. Bueno, así que este es el cuento breve que dio origen al microcuento. Ahora solo falta que el cuento breve esté contenido en un largo cuento que a su vez estará contenido en una novela. Entonces me convenceré que el Tordo escribe en la estética de las muñecas rusas.
    Muy buen cuento Tordo. Y yo sé que hay cosas que son rejodidas, pero no son tan jodidas si sirven para ayudar a salir a la luz, a cierta altura de la vida, al hombre renacentista que siempre estuvo queriendo sacar la cabeza. Y ya es hora.

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  4. Impresionante...
    Cómo puede haber tanta belleza en el horror.

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  5. Lo que no dice el cuento, y siempre que lo leo es mi impresión, es que al guacho no lo mata otro como él, sino alguno de estos "justicieros" que andan por ahí, decentes hombres de su hogar queriendo limpiar el mundo.

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  6. fantasmin: siempre leyendo más alla de las líneas. Está bien que así sea, hay que dejar algún lugar para que el lector sea parte de la historia.

    santí: casi maquiabélico lo tuyo, pero me reconforta el comentario.

    Andal13:
    el horror del cuento es que pude ser parte de la realidad, la belleza si la tuviera, está en la estética. Mis padres literarios, Poe, H. P. Lovecraf, Bradburi, S. King descubrieron esa dicotomía mucho antes y mejor que nosotros.

    Flaca: te conozco del Bogler de fantasma, yo solo soy yo el tordo.

    Kristo: megustan todos los comentaros que he leído de usted. gracias por éste, ¿por cual?, por éste

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  7. Buenísimo. Siempre es bueno mantener el misterio y ser una Flaca cualunque, no la que algunos de por aquí conocen.

    Me expresé mal en el comentario anterior, lo que hace bueno al cuento no es su brevedad -aunque eso sea importante- sino tamaño contenido expresado en tan pocas palabras. Esa forma hace que el sentido golpee mucho más, sea mucho más impactante. Un abrazo.

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  8. Flaca: fui a su blog no pude entrar porque usted no quiere que entre cualquiera y no soy muy habil en esto aún. Vi su foto alli y Usted es Usted y yo efectivamento soy yo. ¿Sigue en Las Piedras?
    Su página está algo atrasada!! no tiene más mada que el día internacional de la mujer? Yo creo que si, felicitacones atrasadas.

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  9. Tordo:
    Mi blog es un boliche virtual, por lo tanto la puerta está siempre abierta para todo el que quiera entrar. Será que usted no movió bien el picaporte, no se dé por vencido y pruebe nuevamente. Su visita siempre será bien recibida. En el boliche a veces se pavea y se juega, y otras veces surgen interesantes tertulias alrededor de la mesa o en la barra "La Flacurita" donde, además de reflexionar sobre la vida y la literatura, a veces andamos de beberaje.Es lo que puedo ofrecer, a mí no se me da el escribir bonito como a alguno de ustedes.Así que ahí se conversa.
    Sí, sigo en Las Piedras. Y me siguen gustando los mejillones. Un abrazo.

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