domingo, 27 de septiembre de 2009

Plagio a Alfred Elton van Vogt

El Bosque

Hacía años que el hombre había abandonado el planeta, el bosque tenía una vaga memoria de él. La imagen se avivó cuando la pesada nave surcó el cielo. Tuvo plena conciencia que algo malo iba a pasarle, pero el recuerdo no se presentó de inmediato, recién cuando las primeras ramas se quebraron y el fuego de la nave comenzó el incendio, supo que el cohete ya había estado en él.
Tras años de crecimiento y aprendizaje, comenzó a apagar el incendio, hizo fluir cantidades enormes de sabia y controló la cicatriz ígnea de más de tres kilómetros de longitud, hasta el lugar en que la nave se detuvo
Su rabia fue en aumento y deseó aplastar a su agresor. Desarrolló raíces y ramas, para atraparla desde arriba y abajo, aumentó el tamaño de sus troncos estiró ramas; comenzó a encerrarla y a aplastar el duro metal.
La nave escupió fuego en todas direcciones, quemó y destruyó hasta más de cincuenta metros a su alrededor, el bosque enceguecido de rabia, miedo y dolor, empleó todas sus fuerzas en apagar y curar su cuerpo dañado.
Supo que hacer, en lo más profundo de sus raíces encontró una partícula, de un mineral impuro, la tomó y la hizo circular con su sabia, esta se unió a otra y a otra, en poco tiempo toneladas de mineral se fueron acumulando en torno a la nave. Las escotillas se abrieron y los hombres con rajes y escafandras salieron con sus enormes aspiradoras y en unas horas se llevaron su precioso cargamento de uranio 235.
Feliz de verse libre del intruso, acumuló el material brillante para tenerlo en reserva para cuando el mal regresara, el resultado fue previsible. Un a nube en forma de hongo destruyo una vasta zona de él mismo, y comprendió.
En su crecimiento sin límites, se encontró con un bosque que, al igual que él se estaba expandiendo, la lucha de raíces troncos y ramas, duró años. Hoy se encontraban en una tensa paz vigilante. Lo mismo le ocurrió cuando creció en sentido contrario y con otros bosques tuvo que luchar para conquistar nuevos territorios. Ahora sabía lo que tenía que hacer, en la frontera con el otro bosque acumuló aquel mineral y la explosión causó la destrucción de la línea de defensa, la colonizó y avanzó hasta encontrar una nueva resistencia, una nueva explosión le abrió el camino, continuó creciendo hasta que llegó al centro sensitivo del otro y lo destruyó por completo.
Entonces dirigió su ofensiva hacia el bosque de la otra frontera, repitió la explosión y avanzó, encontró resistencia y antes que pudiera acumular suficiente mineral un hongo de humo y fuego lo atacó. La explosión atómica del otro bosque, no la esperaba. Lucharon con explosiones atómicas hasta quedar casi destruidos los dos.
Sus victorias actuales se limitaban a rodear las naves de los hombres con el material brillante para librarse del agresor.

10 comentarios:

  1. Es buenísimo el cuento. Confieso que no conocía ni siquiera la existencia de Van Vogt (¡también... era canadiense! Como para hacerse famoso...) así que no sé qué tan plagiado está, pero el cuento en sí me gustó.

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  2. un buen plagio de un excelente cuento - veo que casi trataste de escribirlo de memoria

    hablando de todo un poco, qué buena la foto nueva: parece la montaña

    te comenté algo sobre el trámite, leelo!

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  3. Perdón a todos, no supe como ntrar esto a LA COFRADÍA, lo puse acá-

    La foto es del atardecer de ayer en el Iporá, parece el incendio de "El Bosque"

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  4. Ah... mandáselo al Santi por correo electrónico. Él lo colgará (cuando aparezca).

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  5. Igual que Andrea. No conozco a ese señor. Así que el Tordo podría decir que es de su autoría que yo no me iba a dar cuenta. Al pricipio me sonó Bradburiano, pero después vi que no.
    Está muy bueno el cuento, aunque ayer, viajando por Florida y Rio Negro y Paysandú y Salto y Artigas, nos preguntábamos qué iban a hacer la pradera y el monte criollo para defenderse de los eucaliptus que avanzan a paso redoblado...

    Ya te lo subo.

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  6. Santi: el monte criollo no precisa defenderse del eucaliptus ni del pimo. Precisa defenderse del Hombre.
    Los montes entre ellos se arreglan. ¿Sabias que un incendio que arrasa eucaliptos y pinos para y se eztingue en el monte rivereño? ¿No?
    Acá estoy yo la National del Tacua.

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  7. eztingue no se que quiere decir, pero extingue sí.

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  8. Andrea: el tipo es uno de los genios de la CF de la "edad de oro", no es el único. ¿Hubieras conocido a Arthur Clarck si no fuera por "2001 Odisea del espacio"? yo si En enero del 79 El Santi me regaló "Cita con Rama". Nunca más lo volví a encontrar. Yo un simple plajista. Gracias por el comentario es alentador.

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  9. Tordo:
    Te dejé un comentario sobre este "plagio" en La Cofradía.
    Necesito hacerte una consulta sobre México. ¿podés pasarme tu mail a fecosol@gmail.com?
    Gracias
    Fernando

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  10. Tordo, qué tipo más sabio y superado que sos. Sabés todo, de los montes y de la literatura. No tengo la más pálida idea de quién es ese
    van Vogt, pero el plagio te quedó precioso.
    Un abrazo.

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